Cesta
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La pantalla de mi teléfono móvil se convierte en una ventana a un mundo al que no puedo acceder directamente. La tragedia se convierte en un pixel en un mar de información, un fragmento de una historia que me llega a través de cuentas gazatíes desesperadas llenas de actualizaciones. Es dolorosamente evidente que, mientras yo deslizo el dedo por mi...